Son fundamentales para el desarrollo integral de los estudiantes. Incluyen disciplinas como la música, la danza, el teatro, las artes plásticas y la literatura. A través de ellas, los alumnos pueden explorar su creatividad, expresar sus emociones y desarrollar habilidades críticas y de colaboración. Además, fomenta la apreciación cultural y el pensamiento crítico, contribuyendo a la formación de individuos más completos y sensibles.

Esenciales para el desarrollo físico y social de los estudiantes. Incluyen una variedad de deportes como fútbol, ​​baloncesto y voleibol. A través de ellas, los alumnos aprenden valores como el trabajo en equipo, la disciplina, el respeto y la perseverancia. Además, promueven un estilo de vida saludable, mejoran la condición física y contribuyen al bienestar emocional y mental de los estudiantes.

Fortalecen la colaboración entre el hogar y la institución educativa. Estas actividades incluyen talleres, charlas y seminarios que abordan temas como la crianza positiva, el apoyo académico, la comunicación efectiva y el bienestar emocional. A través de estas iniciativas, los padres adquieren herramientas y conocimientos que les permiten apoyar mejor el desarrollo integral de sus hijos, fomentando un ambiente familiar saludable y colaborativo.